Cuando el sistema electrónico de estabilidad detecta que el vehículo está a punto de perder el control, actúa para evitarlo.
Si nos fijamos en la imagen, el vehículo rojo no tiene ESP, la velocidad impide que el coche siga la trayectoria marcada con la dirección. En cambio, el vehículo verde sí tiene ESP. En este caso, el sistema rueda la rueda trasera izquierda para facilitar el giro.
Ahora si nos fijamos en la imagen con el peatón, el vehículo rojo no tiene ESP, el conductor logra esquivar el obstáculo, pero al regresar a su carril, el coche hace un trompo. En cambio, el vehículo azul al tener ESP, primero, el ESP frena la rueda trasera izquierda; y en segundo lugar, al girar bruscamente para regresar al carril, el sistema frena la rueda delantera izquierda para evitar que derrape de atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario